Amor contra pandemia

The features in their private dark / are formed of flesh,
but let the false day come…

Dylan Thomas

      Acabas de actuar. En una mesa,
a no mucha distancia de mi cuerpo,
conversas con el resto del reparto
y cambias opiniones con
el escritor —aquí habría que llamarlo
dramaturgo. Yo me mantengo
al margen, guardo
mi imagen de profeta
en la chamarra, espero
a que disuelva el giro estos instantes
tal y como ha disuelto, de improviso,
ese otro cuerpo que antes ocupabas.
NNDespués pasan las horas. Apareces
llorando a solas dentro de la cama;
me preguntas
cómo es posible que una puerta abierta
cierre a la vez el paso a dos andenes.
Más tarde, ya en silencio, contemplamos
cómo una luz aguda y conocida,
condensando las cosas, una a una,
amor contra pandemia, hacia su nombre,
se instala en un jirón de la pared
y da lugar a un cuarto, tres manoplas,
un edredón, dos lámparas y un gato.
NNQuisiera ser capaz
de reiniciar el juego;
volver adonde se hizo el último
guardado; almacenar,
en la memoria externa que me diste,
algunos datos antes de borrar
el disco duro y de arrojarme al Sena
(I’ll die in Paris, on a rainy day,
perhaps one Thursday, as today, in autumn…).
Tú acabas de dormirte y yo, sin ti,
observo el envés negro de mis párpados.
Muy lentamente empiezo a naufragar.
NNNo me oye nadie.

(C) Juan Fernández Rivero. 
Fotografía: Man Ray. 
Publicado originalmente en Palpitatio Lauri: http://www.palpitatiolauri.com/juan-fernaacutendez-rivero.html

Como un coral de hierro (NYC, 2013)

Como un coral de hierro, Nueva York
abre las puntas de sus edificios.
En pleno corazón de Times Square
un hombre lee el Corán. Casi no hay noche.

(Nueva York, 2013)*

(C) Juan Fernández Rivero. 
* Poema publicado originalmente en el decimoquinto número de la revista Cuaderno de Creación, visitable en el siguiente enlace: http://issuu.com/palimpsesto/docs/cuaderno_15_web?e=1798987/7647626#search

Nos vamos de viaje (Alzhéimer)

NN Nos vamos de viaje
y quiero que tú cuides de mis flores
y mis gatos.
Nos vamos de viaje…
Espero que mis llaves
les sirvan a tus puertas; las palabras
resultan a menudo algo indigestas,
pero acostumbrarás
tu cuerpo a lo que llegue.
 NN¿Querrás regar mis plantas?
Hay una cajetilla
oculta bajo un mueble,
contiene algunos versos de recambio
por si se va el fusible
y buscas medio ciega una respuesta.
NN Yo quiero que te encargues de mis manos
y mis ojos.
Nos vamos de viaje…
¿Los cuidarás tú sola?
No olvides cada día
el acto de regar, regar mi cuerpo
(adonde yo me voy no hay agua,
adonde yo me voy no puedo).
NN Te dejo mis sentidos y mis nervios,
por si los necesitas.
Hay una cajetilla
bajo un mueble:
contiene algunos versos de recambio.

(C) Juan Fernández Rivero.
Originalmente publicado en la revista Aurora Boreal (2013).