Solo en el árbol,
al pasar, se ha mezclado
la brisa con
el canto de los pájaros
y el óxido amarillo
de las hojas.
NNUna mujer azul, bajo su
sombra, saca un smartphone blanco del
bolsillo y busca una palabra en Internet, re-
visa sus mensajes y los borra, sin leerlos.
Todo a su alrededor parece disolverse: los
hombres y los niños se suceden sobre una
larga cinta de Moebius, y el cielo de la tarde
da lugar a ese fulgor rojizo en el que
mueren las estrellas. Yo, un caminante más
(o su apariencia), paso de largo y violo la
coherencia del paisaje.
Publicado originalmente en la revista Digo.Palabra.Txt.
Obra pictórica de Zhang Daqian, extraída de B-Sides.